mascarillas
Mi rutina de mascarillas faciales

Aunque ya hemos tratado este tema previamente, siempre es bueno hablar a cerca de las mascarillas faciales, y hoy te detallo a continuación, la estricta rutina que sigo de las mismas.
El porqué
Ya sabemos que no es absolutamente necesario utilizar una mascarilla diaria si cuidas tu piel habitual y cuidadosamente, sin embargo, si posees ese tiempo para emplearlo, no dudes que una mascarilla facial jamás es mal recibida por tu piel. Aun así, para que se cumpla esta afirmación, es necesario que le des a tu piel lo que requiere, es decir, si por ejemplo nuestra piel se encuentra acneica, no le vamos a hacer ningún favor sobrehidratándola.
Día 1 de mascarilla. Como ya deberías saber si sigues mi blog, realizo una estricta rutina facial de 5 días, y en este primer día, lo que aplico es una muy hidratante mascarilla de la crema nivea, la de toda la vida. En este caso, esta solución hará maravillas a mi piel, ya que el día anterior es el día que me he aplicado el dermarroler.
Día 2 de mascarilla. El segundo día mi piel se encuentra en perfecto estado, el día anterior me he aplicado un peeling de ácido glicólico así que es perfecta una mascarilla tisue rica en principios activos y esencias como la de oro y veneno de abeja o la de placenta y platino. La piel después de la exfoliación se recupera con estas ricas esencias.
Día 3 de mascarilla. El tercer día por la noche sé que me aplicaré la controvertida tretinoína al 5%, así que simplemente la refrescaré con una ligera mascarilla de aloe vera, cuanto más natural mejor, y tan sólo necesitas 10 minutos para que sus beneficios actúen en tu piel.
Día 4 de mascarilla. El cuarto día, teniendo en cuenta que el tratamiento de la noche anterior es algo más agresivo de lo habitual, me aplico una mascarilla de colágeno extra hidratante, de estas de botecito y brocha, la dejo actuar durante media hora y mi piel recupera la hidratación y la jugosidad necesaria.
Día 5 de mascarilla. El quinto día, me aplico una mascarilla a modo peeling de ácido salicílico, para que mi piel quede libre de impurezas y se retire la piel muerta lo antes posible. Me encanta la solución de la línea just revox para recurrir al ácido salicílico.
3 Usos extra del agua termal que no conocías

Aceptémoslo, el agua termal está de moda y es por algo, sus minerales refrescan nuestra piel, la protegen y la hidratan durante el día.
Rebeca, pero yo ya tengo un tónico, bueno no tengo 10, y un spray fijador que es inmejorable.
Lo sé, y si no lo tienes no estaría mal que la utilizaras en sustitución de alguno de estos, pero hoy te voy a dar 3 diferentes usos del agua termal para que la integres en tu rutina diaria de belleza.
1. Nada más salir de la ducha. En cuanto sales de la ducha, haya estado en contacto tu piel o no con el agua, comenzará a resecarse, y aunque creas que no, mientras aplicas tu cremas corporales le estás dando tiempo a tu rostro para que esto ocurra, así pues, nada más salir de la ducha, ¡Agua termal!, y tu piel no llegará reseca a la fase del tónico.
2. Alarga el efecto de tus mascarillas. ¿Has oído que no debemos dejar nunca tanto tiempo nuestras mascarillas como para que lleguen a secarse sobre tu piel? Pero precisamente a veces resulta poco tiempo para que nuestra la misma, mientras se encuentra humectada se beneficie de sus ingredientes, por ello, cuando tu mascarilla se esté secando, aplica agua termal y disfruta de al menos 5 minutos más de tu sesión spa.
3. Aumenta el poder hidratante de tu crema. Tu crema de día hidratante es una gloria bendita recién puesta, no la cambiarías por nada, sin embargo a la media hora tienes la sensación de que tu piel la ha absorbido por completo, aplica agua termal, ¡Y listo! Tu crema se sentirá como recién aplicada.
¿Utilizas agua termal? Cuéntame tus mejores tips.
Las mascarillas: una para cada día

Estimad@ lector, para hablar de las mascarillas e inspirarme un poco más llevo puesta una, cómo no, y es que creemos que no tenemos tiempo para realizar nuestra rutina de belleza pero en realidad tenemos un montón de momentos que desperdiciamos y que no podemos dejar pasar.
Elige tu momento
Aplicar una mascarilla no es como usar un dispositivo facial, puedes aprovechar mientras te das un baño, mientras teletrabajas, mientras cocinas o limpias o mientras estudias, ¿Te has dado cuenta que cualquiera de esas actividades es compatible con esta práctica? Y seguro que ya se te han ocurrido muchas más.
La mascarilla perfecta
No elijas un tipo de mascarilla porque esté de moda, o una marca sólo por el hecho de ser muy anunciada. Elige un tipo de mascarilla que se adapte a tu piel, si tienes una piel grasa, una de arcilla o limón es perfecta. Si eres de piel seca, una hidratante será bien recibida.
Revisa sus ingredientes
Disponemos de una amplia variedad de páginas web que examinan uno por uno los ingredientes que contienen tus productos, ¡Así que no te olvides de analizar tus mascarillas! Además irás memorizando los ingredientes malos y te harás la experta del supermercado, todo ventajas.
Establece una rutina variada
¿Ya has establecido una rutina de productos faciales verdad? ¡Pues también debes tenerla con tus mascarillas! Cada día utiliza una específica para tu tipo de piel, así ésta no se acostumbrará a su ingredientes y se beneficiará día tras día. Elige un día una tissue, otra para aplicar con brocha, ¡Y deja espacio para las caseras! Mis favoritas: la de cúrcuma y miel, la de aloe vera y aceite de coco y la de Nivea Cream de toda la vida.
Mis tips:
Retira siempre tu pelo eficazmente. Parece una tontería, pero si te ensucias el pelo cada vez que te aplicas una mascarilla, te resultará un ritual engorroso y no querrás repetir .
Aplica cada mascarilla en una rutina que tenga sentido en conjunto. Por ejemplo, si tu objetivo es hidratar tu piel, en las mañanas tras haber limpiado ésta, aplica tu tónico, ácido hialurónico, tu mascarilla hidratante, y por última una crema también rica en hidratación. Si por ejemplo quieres exfoliarla, tras tu tónico aplica ácido láctico, después una mascarilla de yogur y sella el proceso, por ejemplo, aplicando un suero de colágeno. Mi tip extra: revisa los canales de las cabinas de belleza y te darán espléndidas ideas.
No las dejes secar. Esto es un truco de esos que se aprenden en YouTube, pero de los efectivos. Si dejas secar una mascarilla tissue, el papel acaba absorbiendo la mayoría de sus propiedades, y si dejas secar también por completo, una de arcilla, por ejemplo, resecará tu piel en exceso. Retírala siempre 10 ó 5 minutos antes de lo indicado, créeme, será más que suficiente.
Y tú, ¿Dedicas espacio y tiempo para tu mascarilla?
Y tú, ¿Cuidas tu rostro bajo la ducha?

Al fin llega uno de los momentos más esperados del día, has acabado con tus tareas cansadas y cotidianas y te dispones a darte una ducha energizante o tal vez un baño relajante, y sabes que ese momento sólo puede agregar beneficios a tu piel… ¿Seguro?
Pues resulta que a pesar de todos los beneficios de un buen baño que alguna vez hemos comentado, el agua caliente reseca tu piel en exceso, aun tratándose tan solo de unos minutos bajo la ducha tu piel puede deshidratarse, aun sin rozar el agua, debido al vapor producido por el agua caliente.
Entonces Rebeca, ¿Qué hago? ¿Debo dejar de darme baños relajantes?
¡Pues claro que no! Lo que haremos será adoptar las siguientes «rutinas de seguridad» que te detallo a continuación para disfrutar de tu ducha o baño sin dañar la delicada piel de tu rostro:
1. Modera la temperatura. Si eres de es@s a los que les gusta disfrutar de cambio repentino de agua muy caliente a muy fría, bienvenid@ al club, sin embargo, para que tu piel no sufra bajo el agua te recomiendo que te duches o bañes con agua tibia. Siempre puedes finalizar tu baño con agua fría para tersar la piel, y ésta si sería beneficiosa que la pasaras por tu cara, si te apetece.
2.Aprovecha para realizar tu limpieza facial. Si llegas al final de un día a la ducha, y también tienes por tanto que desmaquillarte, mientras mantienes tu cuerpo jabonoso, puedes ir realizando la doble o triple limpieza facial, de tal forma realizas varias rutinas en una, y el olor del gel quedará impregnado en tu cuerpo por más tiempo.
3. No hace falta que «laves» tu rostro en cada ducha. Como parte de tu rutina facial, seguro que hay otros momentos del día en que limpias delicadamente tu piel con agua micelar, o realizas una limpieza más profunda de tu desmaquillado, pero sea como fuese, no necesitas aclarar una tercera vez tu rostro. Recuerda, los platos se lavan, pero tu cara simplemente se limpia.
4. Usa un protector para tu rostro. Cuando vayas a entrar en la ducha, si no tienes intención de lavar tu cabello en esa ocasión, haz uso de una mascarilla o un aceite, lo que tu piel más necesite, así no sólo la protegerás si no que habrás encontrado unos minutos perfectos de los que no siempre dispones para aplicar tu tratamiento, ¿Ideal verdad?.
Y tú ¿Cómo cuidas tu rostro bajo la ducha?